martes, 29 de noviembre de 2011

Franco Berardi, BIFO: "El enemigo es el conformismo"

El pasado día 25 de noviembre Franco Berardi (BIFO) estuvo en Barcelona (Enmedio) para dar una charla y debatir sobre los efectos de la crisis capitalista, la expansión del tecnofascismo que demuestran los últimos cambios de gobierno en Grecia e Italia (eso que Amador Fernández-Savater ha llamado el "gobierno de Nadie"), y algunos de los acontecimientos que componen hoy el horizonte revolucionario, desde las revueltas árabes a las derivas del 15M en España o las réplicas estadounidenses que conocemos como Occupy Wall Street. En Singulars (tv3) se le hizo una entrevista que podéis ver aquí.


En la editorial Traficantes de Sueños puedes encontrar La fabrica de la infelicidad. Nuevas formas de trabajo y movimiento global, un libro suyo escrito en el año 2000 y publicado en 2003. Seguro que su lectura es un buen complemento para investigar algunas de las cuestiones que se plantean durante nuestros debates. Como aperitivo, puedes leer una respuesta suya a la cuestión de la autonomía, a la que apelaba también en una entrevista publicada el 29 de enero de 2011: "Me temo que la catástrofe presente no tiene solución, la barbarie es el nuevo orden social europeo. Eso no se puede cambiar, ya sólo podemos desertar. Tenemos que olvidar la palabra democracia, porque no hay ninguna posibilidad de restaurarla, y en su lugar escribir la palabra autonomía. Autonomía de las fuerzas de la producción técnica, cultural, creativa: lo que yo llamo ''cognitariado'. Autonomía significa abandono y vaciamiento del imaginario y los lugares del trabajo, el consumo, la competencia, la acumulación y el crecimiento. Y la creación de un nuevo espacio mental y social separado definitivamente del económico".

En uno de los talleres que componen La fábrica de porcelana (2008), el titulado "Decisión y organización" (seguramente le dedicaremos alguna entrada de forma más exclusiva), encontramos una reivindicación similar de la autonomía -o al menos eso nos parece-, precisamente cuando Negri pretende explicar de qué manera se ha transformado y puede ser pensada dicha categoría bajo el nuevo régimen del capital, ese estado que él llama, para ser más exactos, de "subsunción real" (que bien vale otra entrada, por cierto): "cuando ésta se realiza -dice Negri refiriéndose a esa "subsunción real"-, cuando efectúa el paso de lo moderno a lo posmoderno (o del fordismo al posfordismo), entonces, la fuerza de trabajo se vuelve relativamente autónoma respecto del poder capitalista mismo y de su acumulación. La autonomía de los sujetos se da, paradójicamente, 'dentro' de la subsunción real de la sociedad bajo el capital, es decir, que ésta se presenta como virtualmente independiente de los procesos de acumulación capitalista. Allí donde el 'valor de cambio' había impuesto su hegemonía absoluta, emergen nuevos 'valores de uso'. La dictadura capitalista -tanto respecto a las inversiones como al consumo- se interrumpe: la desmedida de la acumulación debe hacer frente a una excedencia/autonomía del trabajo vivo que desequilibra por completo el cuadro de la subsunción capitalista. Debemos, en consecuencia, oponer a toda concepción unilateral y monocrática del desarrollo capitalista, una mirada que en cambio sea transversal. El contexto del desarrollo capitalista es un contexto social sobre un fondo del que se desprende la potencia del trabajo vivo" (Negri, A., La fábrica de porcelana, Barcelona, Paidós, 2008, pp. 187-188).

Ya veremos cómo se come todo esto.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Multitud vs soberanía moderna. Aproximaciones

Nota preliminar: Ya en Imperio Hardt y Negri atribuyen a la posmodernidad como rasgo fundamental la crítica al dualismo moderno que trabaja con oposiciones insalvables articuladas jerárquicamente. Desde su perspectiva la filosofía posmoderna constituye la defensa de la diferencia, de lo Múltiple frente a lo Uno, en el plano metafísico. En su dimensión práctica ésto se traduce en la defensa, a su vez, de las diferencias culturales, raciales, sexuales, etc. Lo que sigue, aunque trata de recoger todos aquellos fragmentos de Imperio que dentro de nuestro primer bloque del seminario esbocen la tematización del concepto de multitud enfrentado al de soberanía en la modernidad, escoge un lenguaje en ocasiones quizá posmoderno. En el aire queda si ésta es “síntoma de una ruptura dentro de la tradición de la soberanía moderna” (p.140) y reflejo pues de la preponderancia posmoderna de la soberanía en red del imperio... Son cuestiones que tal vez puedan analizarse en siguientes sesiones.

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La soberanía moderna se construye en orden a domeñar los poderes inmanentes de la multitud surgidos desde el Renacimiento.

La singularidad afirmada en el plano ontológico con Duns Escoto hasta Bovillus, pasando por Nicolás de Cusa o Pico della Mirandolla, “porque no puede haber mediación externa, (…) se presenta como multitud” (p.81). Spinoza es, en este sentido, el teórico capaz de dar asiento filosófico acabado a la tríada inmanencia, multitud y democracia: “al poner a la humanidad y a la naturaleza en la posición de Dios, al transformar el mundo en un territorio de práctica y al afirmar la democracia de la multitud como la forma absoluta de la política (…) Spinoza atestiguaba la continuidad ininterrumpida del programa revolucionario del humanismo que atravesó todo el siglo XVII” (p. 84).

Situado en el otro extremo del conflicto encontramos, en Hobbes, el concepto de pueblo: “que tiende a la identidad y la homogeneidad interna, al tiempo que manifiesta su diferencia respecto de todo aquello que queda fuera de él y lo excluye. Mientras que la multitud es una confusa relación constitutiva, el pueblo es una síntesis constituida que está preparada para la soberanía. El pueblo presenta una única voluntad y una sola acción independientes de las diversas voluntades y acciones de la multitud y con frecuencia en conflicto con ellas” (p. 105). Por tanto, el ejercicio de la soberanía queda reservado al pueblo, al Uno, mientras que la multitud no es otra cosa que ese foco de enfrentamientos a conjurar, la guerra civil contra la que escribía Hobbes, el estado de guerra de todos contra todos: homo homini lupus. Los deseos de la pluralidad no pueden más que ser desactivados y reorientados mediante el contrato social hacia el mando implacable del Leviatán. Rousseau que quiso entrar en discusión con Hobbes supuso la otra cara de la misma moneda: dada la imposible vuelta al estado de naturaleza perdido por los males de la irrupción de la sociedad siempre decadente, la voluntad general como enajenación de las voluntades particulares era el único camino que podía entrever el ginebrino para la democracia.

Así, en el límite entre la Edad Media y el nuevo mundo renacentista se gesta una revolución humanista que hace retornar al ser humano las potencias secuestradas por el esquema de la trascendencia medieval expresada en el Uno creador: Dios. La diferencia estalla en una multitud que, no obstante, será reducida a través de una segunda fuerza en oposición: las construcciones de mediación modernas filosóficas, políticas y científicas que atraviesan la Ilustración y llegan hasta Hegel. De lo que se trataba era de asegurar el orden hacia el interior (la paz y la homogeneidad) y de llevar la “civilización” al exterior (imperialismo y colonización). Aquí se juega la modernidad entendida como crisis: “conflicto ininterrumpido entre las fuerzas inmanentes, constructivas, creativas y el poder trascendente que apuntaba a restaurar el orden (…) Cada vez que se les cerraba un espacio, los movimientos retornaban al nomadismo y al éxodo, llevando consigo el deseo y la esperanza de una experiencia incontrolable” (pps. 82 y 83). En el texto, pues, soberanía y trascendencia modernas se enfrentan de continuo a multitud e inmanencia revolucionarias y parece que no es posible entender el desarrollo histórico de estos siglos sin atender a esta pugna.

Ahora bien, el conflicto, llegará a ser en parte neutralizado con “la síntesis de soberanía y capital” (p. 92). Dan aquí la clave del análisis Weber y el tipo ideal puro de legitimación burocrática del poder en que se inscribe la era del capitalismo y el tipo de racionalidad instrumental; y los escritos de Foucault acerca de la sociedad disciplinaria y la inclusión del concepto de biopolítica. “La multitud se convierte permanentemente en una totalidad ordenada” (Ibidem): es el tránsito del antiguo poder de las monarquías absolutas de naturaleza trascendente que se legitimaba a través de la divinidad, al moderno Estado-nación en que la soberanía pasa a ser administrada y naturalizada.

En este punto la noción de soberanía se vehicula con la de nación. Estamos ante otra forma de homogeneización, de rescate de lo Uno opuesto a lo Múltiple, a la multitud, a la pluralidad de afectos en acción, que ve no obstante sólo aplazada su búsqueda de nuevos espacios de resistencia: “la crisis de la modernidad, que es la contradictoria copresencia de la multitud y de un poder que quiere reducirla al dominio de uno (…) en última instancia no se resuelve ni se pacifica en virtud del concepto de nación. La nación sólo puede enmascarar la crisis ideológicamente, desplazarla, diferir su poder” (p.100).

La emergencia de la nación constituye, por lo demás, el lazo que une la moderna idea de pueblo (Hobbes), los conflictos de alteridad racial surgidos a partir del colonialismo (hacia el exterior) y la preponderancia de una clase victoriosa durante las revoluciones francesa e inglesa, la burguesía (hacia el interior), que trataba de pacificar todo atisbo de conflicto en pro de los intereses del capital y en nombre del progreso. En este tercer aspecto se hace fundamental la teoría económica del liberalismo smithiano que procura para el Estado el papel de salvaguarda de la libertad de mercado.

Pero la multitud volverá a encontrar nuevos modos de aparición y resistencia andando el tiempo: “la lucha de clases reabrió la confusa síntesis de la modernidad en las primeras décadas del siglo XX y demostró nuevamente la poderosa antítesis que había entre el Estado y la multitud” (p.110). Y este nuevo modo de apertura de la crisis se saldará con las dos guerras mundiales y los totalitarismos nazi y soviético. Por un lado, la Alemania nacionalsocialista de Hitler cristalizó en una experiencia terrible que llevó hasta sus últimas consecuencias la soberanía nacional moderna posicionándose, por su parte, como enemiga de la revolución comunista de 1917 y la URSS. Por otro, la Rusia de Stalin supo erradicar los poderes de la multitud en un aparato estatal y nacional burocratizado: “Es una trágica ironía que el socialismo nacionalista de Europa llegara a parecerse al nacionalsocialismo (…) la maquinaria abstracta de la soberanía nacional está en el corazón de ambos” (p.112).

Hasta aquí cabe tal vez una pregunta general: si la modernidad no se entiende como el acabamiento de los poderes trascendentes de la Edad Media ¿cuál es la operación que en su seno procura liquidar el plano de inmanencia descubierto en el origen de este transcurrir histórico y que albergaba el espacio ontológico de la multitud? La respuesta: “lo que se hace simplemente es transferir la trascendencia de Dios al Hombre. Como Dios, también esta figura trascendente del hombre conduce pronto a la imposición de la jerarquía y la dominación sociales” (p.95). Las figuras de este desplazamiento de la trascendencia son recogidas de forma casi sumaria en Imperio y van desde la res cogitans cartesiana y el Yo trascendental kantiano con sus categorías a priori hasta el Espíritu hegeliano desplegándose en la historia y que se expresa en la forma Estado pasando por la ya mencionada teoría contractual de Hobbes o Rousseau.

El camino que se plantea más allá de este Hombre es el camino de la posmodernidad que encuentra su raíz en Nietzsche y llega hasta Foucault, un camino antihumanista pero doblemente humano, "una base anárquica de la filosofía: 'ni Dios, ni amo, ni el hombre'" (Ibidem)... pero esto ya es otra historia...


HARDT, M., NEGRI, A., Imperio, Barcelona, Paidós, 2002.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Sesión I. Algunas notas sobre soberanía moderna y su tránsito a la soberanía imperial.

-La modernidad está definida por una tensión o crisis constitutiva entre libertad y autoridad. Tras la revolución renacentista y su afirmación de la inmanencia, la contrarrevolución deberá reconstruir el poder trascendente. Esta operación dará lugar a la soberanía moderna.

-La solución hobbesiana desempeña un papel fundacional. Según el filósofo inglés, la supervivencia de la humanidad, cuyo estado original es la guerra, requiere de un pacto que instaure un poder absoluto sobre los hombres y los gobierne. “La soberanía se define, pues, tanto en virtud de la trascendencia como de la representación” (p.103)*.

-La soberanía moderna es, por otra parte, inseparable del capitalismo. Adam Smith concilia interés privado e interés público por la omnipresente “mano invisible”, pero esa mano invisible es resultado de una permanente intervención estatal, que crea las condiciones de la autonomía del mercado. “La trascendencia política del Estado moderno se define como una trascendencia económica” (p.106).

-Tras las revoluciones burguesas, la soberanía moderna se reviste y renueva con los conceptos de nación y pueblo. La soberanía nacional o popular desplaza la crisis de la modernidad y “convierte la relación de soberanía en una cosa (naturalizándola), y con ello suprime todo residuo de antagonismo social” p.115.

-El pueblo del Estado-nación no es algo previo al poder soberano; es, antes bien, su más refinado producto. El pueblo se define por su identidad, a la vez que por su diferencia respecto de lo que queda fuera de él (orden binario, dentro-fuera). En este sentido, los mecanismos de racismo colonial jugarán un papel esencial a la hora de moldear la identidad de los “pueblos” europeos y estabilizar la crisis.

-La revolución norteamericana supone una ruptura respecto a la tradición de la soberanía europea moderna. A diferencia del transcendentalismo de aquélla, los padres fundadores instituyen “una serie de poderes que se regulan y ordenan entre sí conformando redes. La soberanía puede ejercerse en un vasto horizonte de actividades que la subdividen sin negar por ello la unidad y que la subordinan continuamente al movimiento creativo de las masas” (p.182).

-La soberanía estadounidense propone una idea de inmanencia del poder que presenta tres momentos: Primero, reconocimiento del carácter productivo de la sociedad (las instituciones no regulan a la multitud, la multitud produce instituciones); Segundo, reconocimiento de los límites internos (cierre del poder constituyente); Tercero, inicio de un movimiento expansivo en un territorio ilimitado (el poder constituyente desborda las limitaciones del segundo momento).

-La tendencia expansiva de la república norteamericana se diferenciaría del expansionismo característico del Estado-nación por no destruir los poderes de los territorios conquistados e integrarlos en su red. Esta expansión inclusiva por redes definiría la soberanía imperial.

-Por tanto, “la idea contemporánea de imperio surge a través de la expansión global del proyecto constitucional interno de los Estados Unidos” (p. 203). El orden imperial no se sostendría únicamente a través del poderío militar (a pesar de las recaídas imperialistas de los EE.UU.), sino a través de la producción de normas jurídicas internacionales que establecen el poder del actor hegemónico y aseguran su duración.

-La transición de la soberanía moderna a la soberanía imperial se cifra, ante todo, en la supresión de la dialéctica interior-exterior. El imperio no tiene frontera, ni Otro ni afuera. El imperio es un espacio uniforme: “no hay lugar del poder: éste está a la vez en todas partes y en ninguna. El imperio es una u-topía, es decir, un no lugar” (p.212).


*Las citas corresponden a Imperio, Barcelona, Paidós, 2005.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Iniciamos la primera sesión

Este martes 22 de noviembre a las 17:00 en nuestro aula 2.56 iniciamos la primera sesión del seminario.
Se organiza en tres días intensos de exposición, debate y producción filosófica (22 y 29 de noviembre y 20 de diciembre) en torno a la selección de textos propuesta de Imperio y Commonwealth:
HARDT, M., NEGRI, A., “Las transiciones de la soberanía”, en Imperio, Barcelona, Paidós, 2005, pp. 89–226.
HARDT, M., NEGRI, A., “La modernidad (y los pasajes de la altermondernidad)”, “Vuelve el Imperio”, en Commonwealth. El proyecto de una revolución del común, Madrid, Akal, 2011, pp. 79 –142, pp. 209–265.
Con la jubilosa resaca aun de la pasada jornada de movilización en la Universidad de Murcia de manos de la Asamblea UMU de la que fuimos partícipes, volvemos a nuestro espacio alter-universitario más allá de preceptos y prácticas tradicionales en crisis.
Aquí dejamos una muestra en video del 17N: la multitud en la UMU

jueves, 17 de noviembre de 2011

presentación, movilizaciones... buenos encuentros

Hace sólo dos días tuvo lugar la presentación de este seminario en el aula 2.56 de la Facultad de Filosofía -la cual pronto se convertirá, como se dice por ahí, en un aula mítica. Mientras tanto, en el campus de La Merced comenzaban las movilizaciones en vistas a la huelga del 17N. Nuestro querido Centro de Estudios 15M ha publicado una breve nota haciéndose eco de todo esto: la puedes leer aquí.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Guías. Cinco lecciones en torno a Imperio

En este "cuaderno de trabajo" titulado Guías. Cinco lecciones en torno a Imperio encontraréis las lecciones que Toni Negri impartió en la Università di Cosenza-Arcavacata a finales de la primavera de 2002. Como se explica en la nota introductoria, a cada una de estas lecciones se adjuntan materiales de trabajo que "amplían la exposición y la documentación metodológicas". Lectura recomendable, por tanto. Además, podréis echarle un vistazo al diálogo entre Negri y Danilo Zolo -también sobre Imperio- que se publicaba ese mismo año en Reset (nº 73), donde se dicen cosas tan estimulantes como que "estamos sólo al comienzo de una 'guerra de los treinta años'". Ahí es nada. Esperamos que os resulte útil para las siguientes sesiones de trabajo.

viernes, 11 de noviembre de 2011

SEMINARIO#HARDTYNEGRI EN YOUTUBE

Con el objetivo de ir recopilando los vídeos que más nos puedan interesar para el desarrollo de este seminario hemos decidido crear un canal propio en youtube (añadimos también el enlace a la sección de #recursos). Lo iremos ampliando poco a poco y entre todxs, así que ya puedes hacernos cualquier recomendación.

jueves, 10 de noviembre de 2011

HARDT Y NEGRI, 7 de octubre, 2011 (Madrid, Tabacalera).

Como hemos dicho en la entrada anterior, el pasado 7 de octubre, un día después de la conferencia en el MNCARS, tuvo lugar en La Tabacalera un seminario sobre problemas y desafíos del 15M a partir de preguntas planteadas por Hardt y Negri a los participantes. Aquí puedes descargarte el documento con el resumen de dichas intervenciones y una traducción íntegra de las que realizaron Hardt y Negri para cerrar el acto, que te adelantamos nosotros ahora mismo para no despertar tu impaciencia:

Michael Hardt: Cuando se va a una conferencia, raramente se aprende algo. Esta vez ha sido distinto. Hay dos cosas que querría comentar. En primer lugar, que en buena parte de las intervenciones se veía una notable preocupación por el fracaso o el éxito de las manifestaciones. Podría decirse que ha habido éxito, en relación con el proceso de politización de las personas, lo que me parece esencial. Es difícil, no sé si es útil y, en todo caso, aún es pronto para hablar de éxitos o fracasos. Otra cosa que quería destacar es el deseo de probar nuevas formas de institución, la relación, digamos, con una nueva democracia, el deseo de no institucionalizarse de forma burocrática, tradicional. Tengo que reflexionar más, pero todo esto ha sido muy rico, muy interesante.

Toni Negri: Permitidme que repita cosas que ya dijimos. Y gracias a todos. Michael y yo estamos trabajando, hace ya algunos años, en un proyecto de constitución, para ahora, para ya. Lo que me impresiona es la coincidencia de puntos. Me gustaría mucho que se hiciese un resumen de lo que se ha dicho aquí, para que podamos relacionarlo con un esquema teórico, que no se superpone, sino que compone lo que se ha dicho aquí. La teoría no determina la práctica, pero hay muchas relaciones, como bien saben los muchos spinozistas que hay aquí [risas].

La historia de las constituciones parece siempre muy abstracta, pero es muy concreta. Una compañera recordó aquí que ya la Magna Carta, que regulaba los derechos y libertades, estaba asociada con otra constitución, relativa al uso de los bosques. Esto se está redescubriendo hoy: se buscan nuevos derechos, esa apertura que estáis experimentando, algo verdaderamente nuevo, en tanto que hoy vivimos la apertura de las plazas. El redescubrimiento de estar juntos se conecta con algo nuevo. Son cosas completamente nuevas.

Alguien habló de Cochabamba, de las comunas ¿Qué es el común? Algo que no es privado ni es público ¿Cómo se constituye el común? ¿Cómo se institucionaliza? ¿Cómo se convierte en algo de todos, de manera continua, permanente, sistemática? Creo que estas preguntas ya están en vuestros discursos.

Hoy se trata de imaginar un contrapoder, lo que no significa oponerse a un poder de manera simétrica. Significa imponer la asimetría a la confrontación, una asimetría que tiene que ser impuesta a lo privado, con los derechos del común, de un común construido contra lo privado, es decir, contra la explotación, el endeudamiento, la alienación, la mediatización, el encarcelamiento, el empobrecimiento, el desclasamiento, y todo lo que hoy esta sociedad produce.

Tuve la suerte de estar en Sevilla durante la “acampada” del 15 de mayo. Lo que más impresionaba era la medida en que el movimiento 15M fue capaz de llenar un vacío político, lo que sucedió casi de forma milagrosa. Ese vacío político existe hoy en todas las constituciones occidentales. Desde ese punto de vista, tiene razón el compañero colombiano, que dice que debéis entender que lo que estamos haciendo tiene vinculación con lo que ya se viene haciendo durante los últimos veinte años en América Latina, lo que, no obstante, no resolvió todos los problemas. Pero no hay duda de que lo que hoy vemos en el mundo tiene correspondencia con la experiencia argentina, boliviana, y con la gran experiencia brasileña, de transformación del movimiento obrero, por parte de Lula y con el gran apoyo del gobierno; son, todas ellas, grandísimas experiencias de nuevas gestiones del común, y de transformación radical de las constituciones, sobre todo –evidentemente- de las constituciones coloniales. Y también vivimos un proceso de transformación de las constituciones democráticas. De las constituciones que nos enseñaron en el siglo XVIII. Se acabó ese periodo de dominio de la burguesía, y también de la propiedad privada. Se acabó. Lo que os digo es: avanzad en la construcción del común.

Fue bellísima la intervención de la compañera de Barcelona; creo que hablaba de esa especia de “nuevo clima” que no tiene forma, que no se encuentra rápidamente, que se va construyendo en la conciencia, en esa directa e inmediata transformación del lenguaje, inmediata transformación de la pasión, un estar juntos que no es un estar juntos amoroso o erótico, sino que es algo profundamente, amorosamente, constructivo, algo que llamamos “creacionista”, es algo innovador, profundamente materialista.

Otra relación que me parece interesantísima, y que también se vio en las discusiones, es la relación entre lo pequeño y lo grande.

La reconquista, por ejemplo, de puntos de anclaje en la ciudad, en las plazas, en los pueblos. Es extremadamente importante, porque son momentos centrales de adhesión, pero que se expresan como una representación que ya no es una representación del poder que captura. En la bellísima definición de Carl Schmitt –gran fascista, pero realista- se dice que “la representación es la ausencia”. Es la representación burguesa: la presencia de la ausencia.

¿Cómo se transforma una ausencia en una presencia? Esta cuestión es fundamental: la reapropiación de la representación ¿Cómo nos reapropiamos de la ausencia?

En Italia, en los años ‘60 y ‘70, nos reapropiamos de todo lo que nos podíamos reapropiar con las manos ¿Cómo nos reapropiamos con la cabeza, con el cerebro, con la voluntad, con la inteligencia? Esto es fundamental ¿Cómo nos reapropiamos de esa representación por ausencia, que, de hecho, está ocupada por la propiedad privada, por el mando dictatorial, por un mando completamente externo, disciplinario, de control, que viene de afuera? ¿Cómo se reinventa la autonomía? Porque la autonomía no está dada. Tenemos que construirla. Siempre hay tensión entre la autonomía y el común. Siempre es un par: por una parte, la autonomía; por otra, el común. Y no se confunden: se construyen mutuamente. El pequeño común, que debe tener una presencia, y, por otra parte, el welfare, que tenemos que construir por completo.

La gran diferencia entre lo que se aprecia aquí y lo que se aprecia en Italia es que en Italia todavía sobreviven los grupos. El movimiento aún no dio el salto hacia un orden sin liderazgos, no estructurado, con un programa que nazca de forma autónoma; en Italia aún son burocráticos. No conozco vuestra situación, pero no soy optimista. No entiendo esa idea de que, con la victoria de la derecha, el movimiento pasará a ser, di se y per se, más fuerte. No lo creo, porque me parece que el enfrentamiento daña, y hay muchas pruebas de ello, no sólo en Italia, de extremismos que no son beneficiosos; sobre todo, no son beneficiosos para nosotros. El enfrentamiento de fuerzas no conducirá a un cambio pacífico. Es algo que debemos evitar, si fuese posible. Muchas gracias.

Y el vídeo...


HARDT Y NEGRI, 6-7 de octubre, 2011 (Madrid).

El pasado 6 de octubre Michael Hardt y Toni Negri ofrecían una conferencia sobre "crisis y revoluciones posibles" en Madrid (hemos añadido el enlace también a la sección de #recursos) organizada conjuntamente por el MNCARS y la Universidad Nómada, cuyas relaciones con Hardt y Negri se remontan a principios de los años noventa. El texto introductorio lo puedes leer aquí. Encontrarás también el enlace a una entrevista que concedieron al Periódico Diagonal, así como las cuestiones y documentos que recogen lo que ocurrió en el seminario sobre problemas y desafíos del 15M que tuvo lugar al día siguiente en Tabacalera (por ejemplo los vídeos, cortesía de tabacanal). En las siguientes entradas pasaremos la traducción íntegra de las intervenciones finales de Hardt y Negri, por si acaso se te ha pasado por alto el enlace.  

AVISO: INSCRIPCIÓN + LUGAR DE PRESENTACIÓN

FECHA LÍMITE DE INSCRIPCIÓN: 14 DE NOVIEMBRE

envíanos un mail a: seminariohardtynegri@gmail.com

O ACUDE A LA PRESENTACIÓN: MARTES, 15 DE NOVIEMBRE, 17:00. 

Aula-satélite 2.56, 2º Planta, Edif. Luis Vives, FACULTAD DE FILOSOFÍA (MURCIA)

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA

HARDT, M., NEGRI, A., Imperio, Barcelona, Paidós, 2005 (1ª publicación, año 2000).

HARDT, M., NEGRI, A., Multitud, Barcelona, Debate, 2004.

HARDT, M., NEGRI, A., Commonwealth. El proyecto de una revolución del común, Madrid, Akal, 2011 (1ª publicación, año 2009)

CRONOGRAMA (del 15/noviembre/2011 al 2/mayo/2012)

Presentación

15 de noviembre


Sesión I. SOBERANÍA Y ALTERMODERNIDAD


noviembre
diciembre
22
29
20



Sesión II. SOCIEDADES DEL CONTROL: CAPITALISMO Y BIOPOLÍTICA


febrero
7
14
21



Sesión III. MULTITUD Y PRODUCCIÓN DEL COMÚN


marzo
3
10
27



Sesión IV. UN NUEVO PROYECTO DE DEMOCRACIA


abril
mayo
17
24
2

TEXTO DE PRESENTACIÓN DEL SEMINARIO

“La revolución –escribían en 2009 Michael Hardt y Toni Negri– se ha puesto ahora, finalmente, al orden día”. Para entender el carácter de necesidad de esta cuestión existen varias fechas y lugares a los que podemos remitirnos: Chiapas, enero de 1994, Cochabamba en abril de 2000, Buenos Aires a finales de 2001… y ahora podemos añadir nosotros: las revueltas árabes que entre 2010 y 2011 contagian como un virus a Túnez, Egipto, Yemen, Libia…y el 15 de mayo, sea la Puerta del Sol o la murciana Plaza de la Revolución, como sabemos en un contexto de crisis sistémica de las sociedades neoliberales y sus instituciones.
Pero a ese diagnóstico, Hardt y Negri añaden varios interrogantes: ¿cómo gobernarla? ¿Cuáles son sus condiciones reales? ¿A qué sujeto histórico le corresponde ponerla en práctica? ¿De qué dispositivos disponemos para pensarla y producirla? Con el objetivo de servir de plataforma para plantearnos y analizar juntos éstas y otras preguntas se presenta el seminario “Hardt & Negri. Claves de una revolución de la res communis”, organizado –en amorosa colaboración– por ASEFI y el Centro de Estudios 15M. Como referencias bibliográficas de base para el desarrollo del seminario se han seleccionado las tres obras clave con las que ambos autores iniciaron, dividieron y han cerrado la primera década del siglo XXI: Imperio, Multitud y Commonwealth, publicadas en los años 2000, 2004 y 2009 respectivamente.
Se tratará, por tanto, de atacar desde diferentes frentes el problema de las condiciones bajo las cuales esa revolución del común puede devenir operativa, aunque todos ellos estén en clara correspondencia: la nueva forma global de soberanía y sus efectos, el tránsito a las sociedades del control y su expresión biopolítica, la existencia de un capitalismo que desea con nosotros y se alimenta de nuestros deseos, la emergencia de contrapoderes y los límites fácticos de sus estrategias, el “proyecto de la multitud” y la posibilidad de una democracia a escala global, la interrogación acerca del común en tanto que dispositivo de otra forma de gestionar y producir modos de vida autónomos y más dignos, o las relaciones entre singularidad, común y revolución, nueva tríada crítica de la altermodernidad que nos permite pensar más allá de la tradicional identidad–propiedad–soberanía.
Consideramos que las herramientas que nos proporcionan estas tres obras, y la red que envuelve estas cuestiones concretas, pueden contribuir a que se fabriquen los problemas que hoy nos concierne fabricar, aunque sea acelerándolas, poniéndolas sobre otro plano o imponiéndole un ritmo distinto. ¿Qué devenires –invitaban a preguntar Deleuze y Guattari– nos atraviesan hoy, que se sumen de nuevo en la historia pero que no proceden de ella, o más bien que sólo proceden para salirse de ella? Por sus preguntas lxs conocerás, y en ésa estamos nosotrxs.